Thursday, December 15, 2011

Café indigno!

Al mirar el rostro de mediodía de esta jornada y bebiendo un cafe ya frio, trato de entender estas indignaciones que se han mostrado en diferentes partes del planeta. Parecería que algo nuevo a aparecido, que otro mayo del 68 ha llegado, mejor aun que un 1917 o 1789 están aquí, quizás hasta podamos decir que esta es la nueva marcha de los plebeyos al monte Aventino. Parecería una muestra de la vitalidad de la humanidad que se levanta del estado de autismo a la que banqueros, políticos, científicos y periodistas la han intentado reducir. La multitud, la masa, la plebe muestran su indignación ocupando los lugares de los que han sido exiliados y desde donde se tejen las tramas que producen sus situaciones cada vez mas miserables. El mundo cotidiano pierde su valor, sin embargo junto a esta perdida por efecto compensador aparece el sueño. El sueño de recuperar la dignidad perdida. El problema de este sueño que es no suele ser vivido por los que se indignaron de verdad. Indignarse es condenarse a no recuperar la dignidad. Se puede preguntar a exguerrilleros, exparamilitares o exmilitares que hicieron lo que se hace en las guerras a ver si recuperaron su dignidad. Estar indignado es transformarse completamente. Si bien la violencia no hace parte de los actos de los indignados si hace parte de su vida y cada día la hace mas indigna. Son violentados y lo serán aun mas. Perseguidos, acosados, caricaturizados, declarados locos, enfermos, adictos, quebrados. Al resistir y al mostrarse indignados parecen dar muestras de recuperación de su dignidad pero no es así. Porque la ofuscación continua. La indignación solo se detiene cuando se detiene la lucha, cuando se recupera la dignidad. Cuando sean reconocidos como dignos pero el reconocimiento es lo que les niegan. Los locos del mundo prenden una lampara a la mitad del día para buscar su dignidad en la oscuridad del poder.

Thursday, December 1, 2011

Historia cotidiana: Famous blue raincoat

Leonard Cohen


Version en Español


Incomprensiôn


Dificultad que experimenta una puntilla para explicarle a un huevo porqué un martillo es eficaz.